sábado, 2 de mayo de 2009

El bono-libro obtiene el aprobado.

Libreros, profesores y padres elogian el sistema pero piden que aumente la ayuda
CONCHA RAGA
VALENCIA - LAS PROVINCIAS.



El bono-libro implantado por el Gobierno valenciano hace dos años para contribuir a la gratuidad de los libros de texto desde primero de Primaria ha dado buenos resultados. Con este sistema, a diferencia del préstamo, se han mostrado satisfechos los libreros, editores, profesores y padres, aunque éstos últimos piden que se aumente el importe del cheque que se canjea por el material escolar.
Estos son los datos que se desprenden del informe encargado por la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE) y la Agrupación de Distribuidores y que ha sido realizado por la Unidad de Psicología del Consumidor y Usuario de la Universidad de Santiago de Compostela.
Según este estudio, todos los sectores afectados por el modelo de gratuidad de libros de texto han mostrado un elevado grado de satisfacción. Un 6,28 (sobre 10) en el caso de las familias beneficiarias. Los profesores otorgan una puntuación de 6,57 y los equipos de dirección de los centros escolares le conceden un 6,46.
El coordinador del informe
Evaluación del sistema de gratuidad de libros de texto vigente en la Comunitat Valenciana , Eduardo Picó, destacó que aparece como principal ventaja del bono libro "el ahorro económico que supone para las familias", mientras que los directores de los centros destacan "la comodidad de contar con él la hora de hacer las diversas gestiones".
Como aspectos menos ventajosos figura la "insuficiencia de las ayudas" y que el sistema debería ser "progresivo".
También los libreros están satisfechos con este mecanismo, al que le otorgan un siete en la puntuación. Según la presidenta del Gremi de Llibrers del País Valencià, Gloria Mañas, "el pago es rápido, puntual, es una comodidad que no se pague en metálico y, además, en 20 días cobramos".
Destacó que la repercusión económica del bono-libro asciende a 12 millones de euros y que la campaña escolar supone entre el 30 y el 35% del volumen anual del negocio. "El modelo es una opción muy acertada y aceptada", concluyó.
Las quejas de los libreros se centran en el "intrusismo". Reclamaron de la Conselleria de Educación que "tenga un mayor control hacia los organismos que distribuyen los libros al margen de las librerías, como algunas asociaciones de padres, de vecinos e incluso hogares de jubilados y hasta algún casal fallero".
Añadió que, aunque la medida es legal porque tienen licencia para ello, "es poco ético, cada vez hay más prostitución en el sector". Por ello, reclamó que haya un mayor cotrol en el Impuesto de Actividad Empresarial (IAE).
Gloria Mañas también se mostró "en contra de la gratuidad total de los libros, porque la cultural del gratis no fomenta hábitos culturales", argumentó.
En su opinión, el bono-libro "cubre el coste de los manuales, se ajusta al paquete básico del material de estudio". Recordó que para primero y segundo de Primaria asciende a 123 euros y para tercero y cuarto el bono- libro alcanza los 127 euros.
Al comparar este sistema con otros como el préstamo, donde los padres, en teoría, no necesitan comprar libros, resulta que sí lo están haciendo. Incluso en estos casos, el gasto de los padres es mayor, como ocurre en Aragón (62,44 euros en libros) o Andalucía (106,45 euros), según se pone de relieve el informe.
Otra de las ventajas del sistema de gratuidad aplicado por el Gobierno valenciano es que el modelo de bono-libro "beneficia al 78% de las familias, cuando antes de la implantación del sistema las ayudas sólo alcanzaban a menos de la tercera parte de las mismas".
Por su parte, los editores, libreros y distribuidores consultados muestran un apoyo al sistema de ayudas directas implantado en la Comunitat, ya que creen que, además de ser "moderno y eficaz, favorece la estabilidad del empleo en la industria del libro y garantiza la supervivencia de las librerías tradicionales".
El libro de texto es el recurso más utilizado por el profesorado valenciano a la hora de planificar el currículo docente. De hecho, el 93,1% de los profesores encuestados afirmó emplear el libro de texto mucho o bastante con este fin, seguido del uso de notas y apuntes personales con un 83,2%.
Para los profesores, el libro de texto es el recurso didáctico más empleado (90,7%), por delante de los materiales propios del profesorado y a bastante distancia de otros recursos educativos como las nuevas tecnologías.
Dos de cada tres padres considera que es fundamental en la educación de sus hijos y un 36,5% opina que es el recurso educativo más importante que tienen en el hogar.

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