viernes, 30 de mayo de 2014

El partido de Pablo Iglesias quiere sustituir el actual sistema por una "democracia socialista del siglo XXI", a imagen y semejanza de Venezuela.

PODEMOS ya existía en Venezuela, y era chavista.


 

El gran revuelo que ha supuesto la irrupción de Podemos en el mapa político, tras lograr cinco escaños en las elecciones europeas del pasado domingo, no es de extrañar si se observa la propuesta rupturista que plantea en su programa. Así, el plan económico que defiende el partido de Pablo Iglesias es sólo una parte, aunque muy sustancial, de su proyecto político.
En el fondo, lo que defiende dicha formación es la "apertura de un proceso constituyente" para blindar toda una serie de "derechos sociales y culturales", al tiempo que se implanta la "participación directa" de los votantes en la decisión y gestión de los "asuntos comunes".
Se trata, por tanto, de sustituir el actual sistema de democracia representativa, en donde los electores deciden quién gobierna, por una nueva "democracia real" -también conocida como "participativa" o "asamblearia"-, en la que los votantes determinan cómo se gobierna decidiendo, directamente, sobre todo tipo de asuntos. De este modo, tanto las políticas públicas como la gestión de empresas o la finalidad de todo tipo de recursos (incluyendo la propiedad privada) se sometería a la voluntad de la mayoría. Así pues, el colectivo, a través del Estado, se impondría por la fuerza a los derechos y libertades fundamentales del individuo.
ADVERTISEMENT

No es un fenómeno nuevo. En realidad, no es más que una actualización de la tradicional "democracia popular" que imperó en numerosos países comunistas durante buena parte del siglo XX, una variante del llamado "socialismo real". Y, en la práctica, consiste en otorgar al Estado un poder absoluto. En este sentido, cabe recordar que los regímenes comunistas suelen ocultarse bajo un manto "democrático" y "popular", como es el caso de la "República Popular Democrática de Corea" (Corea del Norte) y la "República Popular China" hoy, o la "República Democrática Alemana" (Alemania del Este) y la "Kampuchea Democrática" (Camboya bajo el régimen de los jemeres rojos) ayer, entre otros muchos.

Podemos nace de una serie de plataformas y movimientos como el 15-M, cuyo denominador común es el rechazo frontal al capitalismo. Una de estas fuerzas impulsoras es Izquierda Anticapitalista, una formación comunista que, entre otras cosas, define a la perfección la "democracia socialista del siglo XXI" que propone Iglesias.
Su objetivo es diáfano:
Una democracia sustancial solo puede construirse erradicando la dominación capitalista, eliminando la desigualdad y dotando a los ciudadanos de poder efectivo en todas las áreas de la vida social. Estas metas podrán alcanzarse con una democracia socialista diferenciada del fracasado totalitarismo burocrático, que actualice los viejos ideales e implemente nuevas formas de participación popular.
El socialismo apunta a construir una sociedad igualitaria a partir de la erradicación del capitalismo y la expansión de la propiedad colectiva de los medios de producción. Este proceso exige desenvolver la autodeterminación popular, bajo una modalidad que debería contener las características de una democracia socialista. Este sistema político sustituirá el régimen actualmente dominado por los banqueros, los industriales y los burócratas por un gobierno soberano del pueblo, que pondrá en práctica una democracia real.
La paulatina socialización del proceso productivo aportará a la población los recursos, el tiempo y las calificaciones necesarias para participar, deliberar y decidir los destinos de la sociedad. Estos cambios favorecerán la expansión de la democracia a todas las áreas de la vida social. Formas de gestión mayoritarias serían introducidas en la economía (fábricas, bancos, servicios), el Estado (administración, ejército, justicia) y la actividad pública (educación, salud, medios de comunicación).
Y su referente contemporáneo también: la Venezuela de Hugo Chávez.
En este país la democracia participativa tiene rango constitucional desde 1999, junto a otros logros que consagran conquistas sociales (derechos de los indígenas, campesinos, niños), nacionales (prohibición de bases extranjeras) y democráticas (referéndum revocatorio, obligación de los funcionarios de rendir cuentas, normas de control masivo) […] En un país históricamente moldeado por una economía y una cultura de rentismo petrolero, la intervención masiva [del Estado] es la llave para un despegue del socialismo del siglo XXI.

"Democracia", el nuevo cebo de los comunistas

El "socialismo del siglo XXI" que defiende Podemos es el comunismo de toda la vida, pero revestido de mecanismos "democráticos". No en vano, tal y como argumentan desde Izquierda Anticapitalista, es preciso "sustituir el estandarte de la dictadura del proletariado por la bandera de la democracia socialista".
¿La razón? "El primer término ha perdido la connotación positiva que presentaba en la época de Marx o Lenin como opción frente a la autocracia y ha quedado en cambio asociado con el totalitarismo que prevaleció en la URSS".
Por ello, "acentuar la importancia de la democracia en un proyecto socialista no es una arbitrariedad, ya que obedece a la profunda expansión del sentimiento democrático contemporáneo", aclaran. "La democracia plena es realizable bajo el socialismo y debe ser reivindicada sin prevenciones ni reservas", concluyen.
Dicho y hecho. Basta observar el índice del programa de Podemos para percatarse de dicha reivindicación. Así, el texto, que consta de un total de 40 páginas, se divide en los siguientes seis capítulos:
  1. Recuperar la economía, construir la democracia
  2. Conquistar la libertad, construir la democracia
  3. Conquistar la igualdad, construir la democracia
  4. Recuperar la fraternidad, construir la democracia
  5. Conquistar la soberanía, construir la democracia
  6. Recuperar la tierra, construir la democracia
El término "democracia" o "democratización" aparece en un total de 25 ocasiones a lo largo del programa, pero se emplea con un sentido diferente al tradicional, ya que aquí significa, simplemente, nacionalizar o expropiar. Así, por ejemplo, Podemos propone:
  • "Democratizar la dirección de las entidades bancarias y cajas de ahorros".
  • Crear "una banca pública con gestión democrática bajo control social efectivo".
  • "Incrementar la democracia económica facilitando la participación de los trabajadores en los consejos de administración de las empresas y, por lo tanto, en la gestión de las mismas".
  • "Democratización real de los medios de comunicación".
  • "Gestión democrática" de Sanidad, Educación, Vivienda...
  • "Planificación democrática de una economía ecológica [...] respetuosa con la biosfera y basada en un modelo productivo ambientalmente sostenible".
  • "Control democrático social y público de las fuentes energéticas y de la producción eléctrica" o, lo que es lo mismo, "democratización de la energía".
  • "La gestión y propiedad de los recursos hídricos debe ser pública, con una gestión democrática".
Lo mismo sucede con la palabra "control", que aparece en un total de 21 ocasiones a lo largo de las citadas 40 páginas. Dicho concepto se traduce, igualmente, en nacionalización o expropiación de recursos, avanzando así en el "control" estatal de todas las áreas económicas y civiles.
El ejemplo más palmario es su exigencia de recuperar el "control público" de "sectores estratégicos", tales como "telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, sanitario, farmacéutico y educativo", mediante la "adquisición pública" [estatal] de los mismos o su sustitución por empresas públicas. Curiosamente, Podemos sólo emplea el la palabra "expropiación" para aludir a la nacionalización de "grandes fincas", que "deberán pasar a gestión comunal".
Y como muestra de la progresiva estatalización que propugnan, el término "público" aparece en 89 ocasiones a lo largo de su programa político, mientras que el concepto "derechos" se repite 74 veces, sin aludir en ningún caso a los ingentes costes que conllevaría este exponencial aumento de la esfera pública sobre la economía española.
Por último, alude a diez "prohibiciones", desde la tauromaquia y el fracking (explotación de hidrocarburos no convencionales) hasta el despido en empresas con beneficios, copagos o privatización y recortes en el sistema público de pensiones. El término "libertad", que aparece otras diez veces, tan sólo se circunscribe al ámbito de la opinión, reunión, manifestación, asociación, religión y sexo, garantizadas ya por el actual marco constitucional.
Como en su día señaló Juan Ramón Rallo, los defensores de la democracia asamblearia "quieren regenerar la política, pero no para incrementar la exigua esfera de libertad de los individuos a costa de la reglamentación estatal, sino para terminar de convertirlos en las mulas de carga de la casta gobernante. Sorpresa: la nueva izquierda no es otra cosa que la izquierda de toda la vida".
Y añade:
Mucho me temo que la tan democratizadora economía asamblearia es igualita a una tiranía política: miseria generalizada y nula autonomía personal. Todo lo contrario, por fortuna, de lo que ofrece un mercado libre.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien a los veinte no es de izquierdas, no tiene corazón.
Quien a los cuarenta no es de derechas, no tiene cabeza.
Es asi de simple, como el PSOE va a la deriva sale Podemos.

J.P Morgan dijo...

Analizando la figura de PABLO IGLESIAS, podemos decir que estamos ante un TIPO LISTO, no solamente por ser profesor en la Universidad Complutense de Madrid, sino también por que realizó un doctorado en una prestigiosa universidad Suiza sobre medios de comunicación cine y psicoanálisis.

Resalto esto último porque estamos ante un actor que representa un guión. Desde su look muy a lo Che Gevara, hasta saber servirse de las redes y los medios de comunicación para extender su guión nada improvisado, por no hablar de su protagonismo con ciertos toques mesiánicos, ES LA CARA Y EL PENSAMIENTO DE PODEMOS.

Pero ni él ni su "compañera" sentimental(igual os suena de algo lo de compañera) Tania Sánchez, diputada de la Asamblea de Madrid por IU dan el perfil de desprotegidos e indignados, con sus más de 6.000 euros que levantan del erario público al mes tan solidaria parejita se puede llevar una vida nada indignada, así que parece ser que la antipatía de Pablo por los partidos políticos del sistema se queda de puertas hacia fuera.

Ahora nos dice y la verdad es que suena muy bien, que sus diputados no cobrarán más de 1.930 euros al mes, que en Bruselas con ese dinero se puede vivir y no hacen falta los 8.000 que cobra un diputado europeo. Lo que no dice donde irán a parar los 6.070 euros que sobran mensualmente, ni los 1,8 millones de euros que va a cobrar el partido por la proporción de los 1.246.000 votos obtenidos con representación parlamentaria, calculo un total de unos 2,5 millones de euros. Con lo cual podría concurrir a las próximas elecciones bajo el el lema, "PODEMOS ESTAR FORRADOS".

Podemos hablar de su programa económico, que lo resumo en una sola frase, DE CIENCIA FICCIÓN, y que los economistas ya han valorado que causaría un déficit añadido de 130.000 millones de euros anuales, y puesto que a él lo considero una persona inteligente lo sabe, pero es lo que vende.

Resumiendo, no deberíais estar tan preocupados, puesto que son Cayo Lara y la o el sucesor de Rubalcaba los que darán por bueno el dicho, "CUERPO A TIERRA QUE VIENEN LOS NUESTROS".

PODEMOS ESTAR FORRADOS dijo...

Sí retrocedemos en la historia de nuestra democracia encontraremos personajes que en su época fueron la moda de ciertos votantes desencantados.
RUIZ MATEOS obtuvo dos eurodiputados.
JESUS GIL, campó a sus anchas por la Costa del Sol.
Todos sabemos con el tiempo en que acabó todo aquello, TODO POR LA PASTA.
PABLO IGLESIAS no es diferente a ellos, es el típico listo populista que se aprovecha de una situación para crearse un personaje y sacar tajada.
Sí bien Ruiz Mateos se disfrazaba de Superman, este ha pillado el rol del Che Guevara, en el fondo los tres son unos impostores que están actuando por motivos meramente de ambición personal.

Anónimo dijo...

No sois vosotros los que os debeis preocupar, son otros los que deben de gritar..¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!.

Arto de farsantes dijo...

La penúltima de 'Podemos'.

Renta básica universal
La propuesta 'estrella' de Podemos: 650 euros al mes sin ninguna condición.
La medida costaría alrededor del 25% del PIB, unos 250.000 millones. Para financiarla, apuesta por subir el IRPF y luchar "contra el fraude fiscal".
(¿Sabe de dónde se sacaría el dinero? De 'los ricos', dice Pablo Iglesias. No se deje engañar.
Si este demagogo, u otro cualquiera, les aprieta demasiado el cinturón a 'los ricos', en menos de 24 horas habrán sacado los capitales de España. Y España quedaría descapitalizada.
Si se atreve a impedirlo, por las bravas, España quedaría fuera de la Unión Europea. Y los inversores internacionales no invertirían en España, convertida en la nueva 'Venezuela de Europa'.
Pero resulta que España no genera suficiente ahorro, de modo que necesita la inversión exterior. En resumen, más pobreza. Y, por supuesto, menos libertad. Mire lo que pasa en Venezuela, Ecuador o Cuba, los referentes de Pablo Iglesias.)

Anónimo dijo...

Bien bien, de vez en cuando un espolsión a los partidos para que espabilen no me parece mal, que yo no he votado a podemos pero a otro partido raro

Anónimo dijo...

Cualquiera hace aquí un comentario ante tanta celebridad, pa hacer el ridiculo.

Anónimo dijo...

¡Que vienen los rojos soltando fuego y dejando su olor a azufre!
¿No había dicho el Papa que el infierno no existe?
Vaya forma de meter miedo y de dar una supuesta información que no es otra cosa que rancio miedo a lo diferente.

Por nuestro Pueblo