La reforma fiscal introduce beneficios sociales que el PSOE fue incapaz de aprobar en 8 años
La reforma fiscal baja los impuestos a todos, con tres objetivos.
1. Impulsar el empleo, reduciendo la fiscalidad de las rentas del trabajo.
2. Dinamizar el crecimiento: fomentando la inversión y el ahorro.
3. Sistema tributario más equitativo: con beneficios sociales pioneros y medidas de lucha contra el fraude.
Después de dos años de esfuerzos, ha llegado el momento de compensar a todos: trabajadores, familias y empresas.
El Gobierno tuvo que pedir grandes esfuerzos a los ciudadanos porque teníamos que superar una crisis y la sombra del rescate.
La razón era sencilla: el Gobierno del PSOE había gastado 90.000 millones en un año por encima de lo que tenía y ahora teníamos que devolverlo.
Ahora, que hemos superado la crisis y nos encontramos en una nueva etapa de crecimiento, ha llegado el momento de bajar los impuestos.
El centro de la reforma fiscal es el bienestar de los que más lo necesitan: la reforma fiscal es más social, equitativa y justa.
Por primera vez, los que menos ganan, menos pagan o no pagan nada.
Mantiene las ayudas a las madres trabajadoras.
Aumenta las ayudas a las familias con hijos y dependientes a cargo.
Los pensionistas son los más beneficiados con la reforma fiscal del Gobierno.
El Partido Popular es el único que garantiza el bienestar de nuestros mayores.
Ha revalorizado todas las pensiones y ha garantizado por ley que no vuelvan a bajar o congelarse, como ocurrió con el Gobierno del PSOE.
Con el sistema de sostenibilidad de las pensiones, crecerán un mínimo de un 0,25% anualmente y el máximo lo fijará la evolución de la economía.
Todo lo que tenía que aprobar el Gobierno para garantizar a los pensionistas un alto nivel de bienestar social, ya lo ha aprobado.
Limita el nivel de aportaciones a los planes de pensiones para mantener la equidad y la progresividad al sistema.
Se mantienen los beneficios de los planes de pensiones, pero se limitan de 12.000 a 8.000 euros por justicia tributaria.
Según las estadísticas, el nivel de contribuyentes que puede aportar esas cantidades corresponde a un nivel de sueldos muy altos.
Por lo tanto, no está justificado que todos los contribuyentes paguen los beneficios para que se beneficien los sueldos más altos.