sábado, 8 de octubre de 2011

“Una Administración fuerte, rigurosa, ágil y proporcionada, motor del cambio”

ALBERTO RUÍZ GALLARDÓN La crisis la padecen con más intensidad donde no se han beneficiado del modelo de Administración responsable y eficaz como promueve el PP Una Administración fuerte, rigurosa, ágil y proporcionada, motor de cambio en España ha reclamado Alberto Ruiz-Gallardón en la Convención Nacional del Partido Popular que se celebra en Málaga. Durante ocho años el Gobierno de la Nación no ha promovido reformas en su estructura administrativa y “ahora es el momento de recuperar el tiempo perdido y de convocar a todos los niveles de la Administración a retomar ese camino”. La crisis no ha afectado igual a todas las ciudades y regiones de España, sino que la padecen con más intensidad aquellas que no se han beneficiado de un modelo de Administración responsable y eficaz como el que promueve el Partido Popular. En Madrid, el Partido Popular ha probado este modelo de Administración, y, “en efecto, se ha mostrado motor del cambio. Lo implantamos –recordó Gallardón–cuando tuve el honor de asumir la Presidencia de la Comunidad de Madrid, donde otro equipo lo ha mantenido después, y es también el que se sigue en el Ayuntamiento de Madrid”. Administración fuerte. La Administración, sin reemplazar a la sociedad, tiene la responsabilidad de estimularla para que emprenda la senda de progreso y transformación que el país necesita. En vez de incurrir en la política intervencionista e ideológicamente militante que el Gobierno socialista le ha impuesto en estos años, queremos que se convierta en el aliado de cada ciudadano a la hora de buscar una solución a los problemas, de aprovechar una iniciativa, de buscar el medio de poner en marcha una empresa, un proyecto. La Administración tiene que convocar, no imponer ni suplantar, porque cuando convoca la sociedad española sabe responder. Administración rigurosa, donde las políticas tengan continuidad. Una Administración rigurosa es también aquella que preserva la igualdad de condiciones entre los agentes sociales, entre las empresas, entre los sectores de la sociedad, rehuyendo favoritismos, y la que sabe encontrar el punto de equilibrio entre la existencia y el cumplimiento de unas normas y, una intromisión asfixiante que puede ahogar su espontaneidad. Entre la desregulación total y el intervencionismo hay un término medio en el cual debe habitar la Administración.

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