miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Qué le pasa a España?


ESPAÑA afronta una situación económica crítica. Junto con Portugal, se halla ahora mismo en el epicentro de la confusión financiera europea. Los inversores están asignando unos riesgos de impago más elevados que nunca a la deuda del Gobierno español desde que el país entrara en la zona euro.


En el ámbito social, la situación resulta inquietante. La tasa de desempleo supera el 20 por ciento. El índice de paro entre los jóvenes rebasa el 43 por ciento.


Los mercados financieros no son los únicos que despiertan dudas acerca de la economía española. La Comisión Europea ha manifestado su preocupación por la capacidad del Gobierno actual para reaccionar y poner en práctica medidas económicas creíbles a fin de reconducir la situación.

Allá donde voy, la gente me formula las mismas preguntas: ¿Qué le pasa a España? ¿Cómo es posible que en solo unos años mi país haya pasado de ser el «milagro económico» de Europa a convertirse en su «problema económico»? ¿Qué le ha sucedido a la economía que hace sólo unos años crecía más de un 3 por ciento anual, incluso cuando Alemania, Francia e Italia presentaban un crecimiento cero? En la actualidad es la única economía de los cinco países más grandes de Europa que todavía experimenta un crecimiento negativo.


Todas estas preguntas me causan una gran tristeza y una honda preocupación por el presente y el futuro de mi país. Hace sólo seis años, España creaba seis de cada diez nuevos puestos de trabajo en la zona euro, las cuentas del Gobierno registraban superávit, su reserva de deuda pública decrecía rápidamente y sus multinacionales se extendían por toda Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.


Mi respuesta a todas las preguntas sobre España es clara: el país está sufriendo la crisis política más grave de su historia reciente. Las tribulaciones económicas y la falta de confianza en España son fruto del déficit de credibilidad del Gobierno. El elevado precio que está pagando ahora el pueblo español es lo que ocurre cuando los políticos se niegan a reconocer sus errores.


El origen de la crisis de España se remonta a 2004, cuando se tomó la decisión política de abandonar el proceso modernizador que la sociedad inició hace más de 30 años. En aquel entonces, los españoles decidieron por consenso que consolidarían su democracia e instituciones tras casi 40 años de dictadura. El siguiente paso fue entrar en la Unión Europea y más tarde en el euro, y converger económica y socialmente con las naciones más prósperas de Europa. Luego, en 2004, Madrid cambió de rumbo. El Gobierno rechazó el acuerdo plasmado en la Constitución de 1978 y rompió la estructura del Estado español. Diferentes regiones del país se enfrentaron unas a otras. La consecuencia ha sido eliminar buena parte de lo que nos une como españoles y convertir España en un país muy difícil de liderar.


En la esfera económica, una vez que España adoptó el euro y la devaluación de la moneda dejó de ser una opción, el Gobierno abandonó su compromiso con la estabilidad presupuestaria y el proceso constante de reforma necesario para seguir siendo competitivos en los mercados internacionales. Estos errores económicos se aprecian en las intervenciones arbitrarias del Gobierno en la vida empresarial, con un desprecio flagrante por las reglas del juego, incluso las europeas. También vemos un crecimiento inaudito del gasto gubernamental y unas subidas de impuestos generalizadas.
El lugar que ocupa actualmente España en el escenario internacional refleja su pérdida de relevancia en el mundo. El Gobierno ha renunciado a sus responsabilidades y no ha defendido sus intereses nacionales en el extranjero.


Sólo un nuevo Gobierno puede recuperar la credibilidad, y eso pasa por unas elecciones generales.


Un nuevo Gobierno podría animar al pueblo español a emprender un gran proyecto nacional de recuperación, regeneración y reforma de la nación. Para esto no existen milagros ni atajos; no los ha habido en el pasado y no los habrá ahora. Con una nueva agenda nacional y la aplicación de medidas adecuadas, España puede recobrar la confianza y la credibilidad internacionales y sus ciudadanos la confianza en sí mismos y en su nación.


Un elemento esencial de este cambio político será que España reconozca inmediatamente que el Estado tiene que limitar su papel económico y social y abrir nuevos ámbitos de libertad y dinamismo para la sociedad y la empresa privada. España debe efectuar profundas reformas de su estructura administrativa, entre ellas erradicar organismos burocráticos y públicos y racionalizar el gasto público. España no puede demorar por más tiempo la reforma del Estado de bienestar, pero tiene que empezar a restablecer ahora las condiciones para una sociedad próspera abierta a todos.


España es sobradamente capaz de convertirse, una vez más, en un país dinámico y emprendedor que genere empleo y oportunidades. Pero primero ha de acometer la dura labor de deshacer seis años de fechorías políticas. No podemos esperar. (José María Aznar)

THE WALL STREET JOURNAL

2 comentarios:

ex votante socialista dijo...

¿Por qué fracasa el Socialismo?

Un reconocido profesor de economía de la Universidad norteamericana Texas
Tech alegó que él nunca había suspendido a uno de sus estudiantes pero que,
en una ocasión, tuvo que suspender la clase entera.

Cuenta que esa clase le insistió que el socialismo sí funcionaba, que en
éste sistema no existían ni pobres ni ricos, sino una total igualdad.

El profesor les propuso a sus alumnos hacer un experimento en clase sobre
el socialismo: Todas las notas iban a ser promediadas y a todos los
estudiantes se les asignaría la misma nota de forma que nadie sería
suspendido y nadie sacaría una A (excelente).

Después del primer examen, las notas fueron promediadas y todos los
estudiantes sacaron B. Los estudiantes que se habían preparado muy bien
estaban molestos y los estudiantes que estudiaron poco estaban contentos.

Pero, cuando presentaron el segundo examen, los estudiantes que estudiaron
poco estudiaron aún menos, y los estudiantes que habían estudiado duro
decidieron no trabajar tan duro ya que no iban a lograr obtener una A; y,
así, también estudiaron menos. ¡El promedio del segundo examen fue D! Nadie
estuvo contento.

Pero cuando se llevó a cabo el tercer examen, toda la clase sacó F:
¡suspensos a todos!

Las notas nunca mejoraron. Los estudiantes empezaron a pelear entre si,
culpándose los unos a los otros por las malas notas hasta llegar a insultos
y resentimientos, ya que ninguno estaba dispuesto a estudiar para que se
beneficiara otro que no lo hacía.

Para el asombro de toda la clase, ¡Todos perdieron el año! Y el profesor
les preguntó si ahora entendían la razón del gran fracaso del socialismo.
Es sencillo; simplemente se debe a que el ser humano está dispuesto a
sacrificarse trabajando duro cuando la recompensa es atractiva y justifica
el esfuerzo; pero cuando el gobierno quita ese incentivo, nadie va a hacer
el sacrificio necesario para lograr la excelencia.

Finalmente, el fracaso será general.

Nota: Winston Churchill, premio Nobel en 1953 dijo:
"El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de los
ignorantes, la predica de la envidia, su misión es distribuir la
miseria de forma igualitaria para el pueblo. "
Para terminar una cita de la ex-primer Ministra Británica Margaret
Thatcher:
"El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero.... de los
demás"

Nasa dijo...

Por increíble que parezca, en las horas más bajas del PSOE, cuando las medidas que toma están más que alejadas de las tesis socialistas que les llevaron al poder, la izquierda ha desaparecido. Ni Izquierda Unida ni ningún grupo alternativo al socialismo ha diseñado una estrategia política seria para ganarse el voto de los descontentos de Zeta.

UPyD se deshizo como un azucarillo en las pasadas elecciones catalanas y en mitad de la refriega económica y social, con unos índices de intención de voto al PSOE por debajo del 25%, se muestran incapaces de presentar una alternativa a los Zapateros, Blancos y Rubalcabas.

Qué error de la izquierda.

Tienen en su mano la posibilidad de presentar una alternativa, quizá incluso lanzar a un líder joven que no esté anclado en el franquismo ni en la guerra civil, con un mensaje nuevo, del Siglo XXI. Pero no saben.

Los militares han tomado las torres de control de los aeropuertos y la izquierda se calla; hay millones de españoles acuciados por la pobreza y la izquierda se calla; el PSOE ha cambiado las reglas del juego y ha convertido sus promesas en eslóganes olvidados y la izquierda se calla.

¿Qué oportunidad mejor van a encontrar para presentar su alternativa?

Es imposible que no haya opciones a la izquierda: faltan políticos.

Por nuestro Pueblo