miércoles, 12 de agosto de 2009

Fiestas en honor de La Virgen de la Salud.


En Alcublas celebramos las fiestas en honor de nuestra patrona, La Virgen de la Salud, que según cuenta la tradición el Rey Jaume I acampo en Alcublas y dono una imagen de esta virgen para su veneracion.
Este hecho cuestionado por unos pocos, es sin embargo motivo de orgullo para la mayoria de nuestro pueblo, que creemos que hay datos suficientes para creer que es algo mas que una simple “leyenda”
El paso del monarca por nuestra población se encuentra documentado en el Llibre del´s fets, referencia que la mayoria de historiadores dan por valida y lo recogen en sus estudios, tambien tenemos las numerosas tradiciones de otros pueblos que tambien manifiestan ser receptores de imágenes donadas por este Rey, pero ademas nosotros hemos contado con el testimonio de antepasados que pudieron ver la imagen (original) y nos contaron como esta tenia dos argollas en la espalda, y que era algo mas pequeña que la actual.
Si leemos a continuación, algunas de las referencias a los pueblos que cuentan con tradiciones similares, tal vez, pensemos como algunos de esos escepticos que dicén, ¿que pasa que este rey iba repartiendo virgencitas por hay? si pensamos que se trataba de reconquistar territorios a los musulmanes, y que se construian templos, conventos e iglesias, si estos territorios se repoblaban con familias cristianas, si, tal como parece ser en Alcublas ya existia una importante población cristiana, que serviria para repoblar otras poblaciones como Godelleta o Serra ¿por qué no iban a dejar una imagen para el culto de La Virgen?
En la tradición tambien se dice que el Rey agradecia a nuestro pueblo el aviso de que el Rey Zaen le preparaba una emboscada la cual pudo evitar en su camino para la conquista del Puig, tal vez no sea relevante, pero resulta curioso que muy cerca del Puig salga un camino que se llama “camino de Alcublas” bordeando la Calderona en direccion a Naquera.
En definitiva que tenemos tradición e historia para sentirnos orgullosos como Alcublanos.

Deseamos que todo le salga bien a los festeros de “La desparrama” y pasemos unas buenas fiestas en honor de la Virgen de la Salud, y que vengais todos a visitarnos y a disfrutarlas.

A continuación algunas referencias encontrados en internet, de el Rey Jaime I y su veneracion por La Virgen Maria (algunos dicen que para acallar criticas del clero por sus “pecado”)


Historia de Ademuz.
Tal vez, el principal monumento de este pueblo es la ermita de la Virgen de la Huerta, de factura románica y destacada joya del patrimonio artístico de la Comunidad Valenciana. Fué Jaime I el Conquistador quien erigió esta ermita en el s. XIII, tras la conquista del territorio, y a la cual donó su estandarte con la imagen de la Virgen María. La ermita se situa a orillas del río Turia bajando hacia "el molino", a las afueras del pueblo.

13. NUESTRA SEÑORA DE LA SILLA, en los términos del lugar de Fuenfría [Fonfría]
En el lugar donde otro tiempo existió un poblado, Usilla, se venera esta imagen de
la Virgen que, según la tradición, fue protectora de Jaime I en sus batallas y donada a este pueblo a su regreso a Zaragoza. Pronto cogió fama de milagrosa y protectora y se fundó una Cofradía que cuidaría de su devoción. Incluso al presente (1739), le edifican nueva casa por ser insuficiente la anterior.
(Tomo II, páginas 309-311)


El siguiente texto se encuentra en la revista PARAULA.
Valencia, la Grande, cayó al
fin el 9 de octubre de
1238, sábado, día de Sant
Dionis. Sobre la maciza
torre de Alí Bufat ondea la
Reial Senyera, aunque la ciudad se
había rendido al monarca aragonés el
28 de septiembre, víspera de la fiesta de
Sant Miquel. La grandeza de la capital
del Turia era, ciertamente, indiscutible,
de ahí los lamentos de los musulmanes
al perderla. A partir de ese momento
comienza la tarea de crear y organizar un reino cristiano. Un reino para
María Santísima, al que contribuirán de manera decisiva las órdenes mendicantes
y los monasterios femeninos, que llegan a ocupar un tercio de la
superficie de la ciudad de Valencia. El reino para Santa María estaba servido.
La devoción del rey Jaime I a la Virgen María es muy personal. Ella
ocupa un lugar privilegiado en la oración personal, quizá como justificación
o contrapeso a su debilidad por el elemento femenino de su tiempo.
Las invocaciones a la Virgen María en el Llibre dels Fets son numerosas,
al igual que las rogativas o acciones de gracias por haber alcanzado la victoria.
El rey, además, lleva siempre una imagen de Santa María en sus
entradas triunfales en las más importantes poblaciones conquistadas,
dejando dicha imagen en el templo mayor que, naturalmente, se consagra
a la Madre de Dios. A la Mare de Déu se consagra la mezquita principal
de Alzira, Alcoi, Banyeres, Castelló, Cocentaina, Lliria, Gandía, Morella,
Ontinyent, Sagunt y Xátiva.
Relatos orales
Pero quizá donde la presencia del rey Jaime I se ha hecho más entrañable
al pueblo valenciano es en los relatos orales, conservados amorosamente
por la tradición, en donde Jaime I es el personaje principal del acontecimiento
mariano. En 1237, en un lugar próximo al castell de Guillem d’Entença,
junto al llamado el Puig de Cebolla, se halla acampado el ejército
cristiano a la espera de la conquista de Valencia. Durante un cierto tiempo
en las noches de los sábados, se ven bajar siete estrellas del cielo sobre un
determinado punto. Informado Jaime I y aconsejado por San Pedro
Nolasco, fundador de los Mercedarios, que le acompaña, se cava en aquel
sitio y debajo de una campana aparece una losa con la imagen de la Mare
de Déu del Puig, una obra de estilo bizantino del siglo XIII. La primera
escultura de la Virgen María que recibe culto público y solemne, antes de
la entrada en la capital del Turia. Allí mismo fundarán convento los mercedarios,
a quienes se les encarga del culto a esta bellísima imagen de
Santa María.
Este mismo año 1237 los devotos de Alcublas mantienen que, a su paso
por la población, Jaime I les regaló una escultura de tamaño mediano de
la Virgen, que deja a la salida del pueblo, sobre una piedra. La imagen será
invocada como Nuestra Señora de la Salud en tiempo posterior, y es celestial
intercesora de la localidad.
Alfafar
En 1240 los parroquianos de Alfafar son testigos de cómo bajan siete
estrellas del cielo sobre un campo, próximo al lugar donde acampa el ejército
de Jaime I. Se cava allí mismo y aparece una campana, bajo la cual
se halla una escultura de la Virgen sobre una pila de mármol. Jaime I
exclama, admirado: “Oh, Gran Dó!”, título que consagrará devotamente la
piedad popular. La imagen es del siglo XV, y está labrada en ‘pedra d’almorquí’.
En 1973 la Mare de Déu del Dó estuvo en Madrid, formando
parte de la magnífica exposición titulada El siglo XV Valenciano.
Corbera
También fue expuesta con idéntico motivo y ocasión la imagen de la Mare
de Déu del Castell de Corbera, bellísima escultura del siglo XV que, según
el relato popular, fue hallada en presencia de Jaime I en el recinto de la fortaleza
que dominaba el territorio conocido como la Vila i Honor de
Corbera.
A su paso por Ademuz, según las crónicas locales, Jaime I ordena la
construcción de un ermitorio de estilo románico, en honor de Nuestra
Señora de la Huerta, como especial protectora de aquel territorio, de gran
importancia
estratégica. Lo
propio refiere
la tradición
oral en Meliana
por cuanto
Jaime I ordenaría,
en esta
localidad de
l’Horta valenciana,
la construcción
de una
ermita en honor
de la Mare
de Déu de la
Misericòrdia,
abogada y protectora
de los
devotos melianenses.
Por su parte,
la real parroquia
de San
Andrés Apóstol
de Valencia
posee una bellísima
escultura
de la Mare
de Déu de les
Batalles que
regalaría Jaime
I, y a quien acompañó en numerosas empresas de la conquista cristiana.
En recuerdo del monarca aragonés por Santa María es constante a la
hora de agradecer el éxito de sus conquistas, logradas “ab la ajuda de Déu
e de la sua Mare”. En la principal batalla campal de la conquista de
Valencia, el ejército ataca gritando: “¡Santa María!”. Por eso, en realidad,
las guerras de Jaime I son hechos de Santa María, puesto que llegaban a
constituir como el fruto de cierta intimidad del rey con la Reina del cielo
y de la tierra. La primera misa se celebró en Valencia ante una imagen de
Santa María, conocida posteriormente como Santa María de Valencia, que
se hallaba hasta 1936 en la sacristía de la Catedral.
Pero también es posible que el rey se equivoque en sus decisiones, y la
Virgen lo solucione. En 1276, según refrenda el relato oral, un pastor de
Gorga (Alicante) ve descender siete estrellas en un determinado lugar,
cerca de los lindes de los pueblos de Gorga y Penàguila. Cava en dicho
lugar y encuentra una campana, bajo la cual se halla una imagen de la
Mare de Déu que, como es lógico, reclaman Gorga y Penàguila. Ambas
poblaciones recurren a la decisión de Jaime I, quien decide que la imagen
se lleve a Penàguila y la campana a Gorga. Al día siguiente la devota
escultura regresa al lugar del hallazgo, y repetido este hecho, inexplicable
a todas luces, el rey ordena que la imagen y la campana se queden en el
templo parroquial de Gorga. La Mare de Déu de Gràcia de Gorga es una
hermosa muestra de la escultura valenciana del siglo XV, y luce hermosa
y original policromía.

La misma devoción
Todas esta narraciones tradicionales, transmitidas oralmente, tienen frente
a sí el problema del estilo artístico de las imágenes, pues deberían ser
todas ellas de estilo románico, y curiosamente ninguna de ellas lo es en su
imagen actual. Lo cual tampoco es óbice para que existiese una imagen
anterior que, al paso del tiempo, fue sustituida por la que se venera actualmente.
Lo que sí está claro es el motivo de todas estas narraciones: se trata
de hacer coincidir el tiempo del hallazgo de la imagen con el de la reconquista
cristiana, para poder afirmar así que el culto a dicha imagen, venerada
como patrona y protectora de la localidad, coincide con la repoblación
cristiana. O lo que es lo mismo, que se la venera desde tiempo inmemorial,


Comenzaremos por el santuario del «Puche», que es cronológicamente
el primero de los santuarios valencianos, identificado con la
ciudad, aunque se encuentre fuera de ella. Sin duda es el que
tiene mayor vinculación a la realeza ya desde sus comienzos.
Su historia reúne los tópicos más monárquicos que justifican
la reconquista: una imagen escondida antes del 716 y que
se manifi esta mediante señales luminosas en 1236 a los
centinelas del ejército cristiano. La intervención de S. Pedro
Nolasco hace efectivo el descubrimiento de la imagen y que
luego el Rey ordene levantar un monasterio de la Merced
que entrega a S. Pedro Nolasco. Un breve de Benedicto XIII
de 20 de enero de 1407 confirma la tradición. Pero no sólo
el rey conquistador, en 1588 ante los deseos de Felipe II se
llevó la imagen a la catedral de Valencia y allí permaneció 16
días. Una Virgen, pues, de la corona, como se encargarán
de subrayar los donativos y preseas de los reyes. En primer
lugar las «preseas del Señor Rey en Jayme el conquistador
...» sobresaliendo el retablo que el rey llevaba a las batallas,
que tenía en medio una tarja «con las barras de Aragón y el
rat penat ensima», y otras varias donaciones del mismo rey,
entre ellas la cruz de mármol que el rey llevaba en las batallas.
Luego el libro recoge las donaciones del rey D. Pedro,
de D. Martín, y del duque de Lerma, entre otros personajes

reales o vinculados a las casas reales.
La misma vinculación con el rey conquistador tiene la Virgen de la Armada, situada
en la Colegial de Xátiva, es la Virgen que el Rey llevaba en
sus conquistas y a la que atribuyó sus éxitos (nota 38).
Vinculada a la corona está la Virgen de Gracia, del convento
de los Agustinos de Valencia (nota 39), fundado en
1238 con licencia del rey D. Jaime.


No solamente la ciudad de Valencia, la «complicidad» entre la
Virgen y la corona se extiende a todo el reino. En Aguas Vivas,
término de Carcaxente, la Virgen de la Soledad recibió la
visita de Felipe II con diversos privilegios para el santuario; en
Ademuz según el autor la devoción a la Virgen de la Huerta se
remonta a los tiempos del Rey Don Jaime y la cofradía correspondiente
fue fundada por su hijo el rey D. Pedro (nota 44).

Fernando Perez Domingo.

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